Es verdad que cuando pasa un conciertazo, pensamos que nada lo puede superar, que es lo máximo a lo que el coro va a llegar y no va a haber nada ni nadie que nos vuelva a subir a la nube.
Pero ¡error! La vida sigue, cambiamos, y siempre hay retos nuevos.
Cantamos a ritmo de poesías de Lorca, hicimos bailar a todo el Auditori a ritmos brasileños, nos pusimos rockeros con Queen, y emocionamos con canciones de Cantautores. Y cada año pensamos lo mismo “no habrá nada que supere esto”, pero siempre llega un nuevo proyecto al que igual no le vemos mucho sentido y luego nos sorprende tanto que no queremos que acabe nunca.
Como fin de curso en verano de 2017 tocaba cantar la gran obra Carmina Burana.
El 1 y 2 de julio lo representamos en el Molí de Vila, en la versión de cámara, con percusión, 2 pianistas brillantes y 2 solistas impresionantes.
Nos gustó tanto la experiencia que repetimos en el TAMA de Aldaia bajo la dirección de Francesc Valldecabres, junto con el Orfeó d’Aldaia, el Orfeó Gregorio Gea, el Grupo Polifònic de la U.M. Benaguassil y el Cor de Veus Blanques L’Albada de l’Ateneu de Sueca, el 23 de julio acompañados esta vez de 3 solistas, percusión, 2 pianos y el ballet contemporáneo Innovatori de Movimnet Alicia Herrero
Como fin de este ciclo de conciertos de Carmina Burana, el 9 de septiembre agotamos las entradas en un concierto que a todos nos puso los pelos de punta en el Palau de la Música de Valencia. Esta vez, bajo la dirección de Pablo Gimeno y apoyados también por las agrupaciones musicales de Quart de Poblet: corales Ad libitum y Gallarda y la Orquesta de l’Amistat de Quart.
Sin duda una serie de conciertos de altísima calidad musical llenos de colaboración, esfuerzo y amor a la cultura musical.